miércoles, 25 de julio de 2012

-VS-





    La primera vez que mis dos sobrinos visitaron Montelejos, -mi casa en el monte Yucateco- los observe con mucha curiosidad, ellos son los típicos chicos de ciudad que, sin ser millonarios, gozan de cierta holgura económica y suelen obtener cosas materiales con mas facilidad que el común de los jóvenes de su edad; es por demás mencionar que están enteramente inmersos en el mundo virtual, la tecnología, los videojuegos etc...son los típicos adolescentes que piensan que la realidad como tal, es un sistema operativo obsoleto, en tanto no se comporta como en un videojuego, ni es "reiniciable"...

al poco tiempo de su arribo la actitud de estres y aburrimiento en ellos era evidente,... a medio monte, sin mas que hacer que lamentarse haber venido al fin del mundo (virtual), después de que sus artefactos tecnológicos portátiles sucumbieron a low batery, no pudieron evitar mas el síndrome de abstinencia tecnológico!!!...ya para el segundo día la "crisis" los postraba en una hamaca con un temblor distal, y sudoración nerviosa al punto del delirio por no poder "checar" sus cuentas de correo electrónico, ni acceder a los chismes de su recién inaugurado "face"...

Perecían en un mundo para el cual no habían desarrollado capacidades para subsistir, estaba yo a punto de comenzar a preocuparme por ellos, cuando de pronto, en medio de su delirio, descubrieron algo parecido a un ser salido del mas bizarro de sus juegos de video, de haber tenido un poco mas de capacidad adaptatíva hubieran sabido que ese ser peludo y extraño era una arañototota que los que crecimos a la sombra del "Atari" llamamos: tarantula!!! cualquier niño de mi época se hubiera horrorizado con tal aparición!!! ellos nop...en el cerebro de ambos, algo parecido a un chip virtual hizo clic, y en su pantalla mental seguro que se hubiera podido observar la leyenda "play game"

...se activaron!!! el temblor distal cedió y  la sudoracion nerviosa se convirtió en muestra de su agitación activa!!! fueron en pos del prófugo ser de la virtualidad...pronto a uno de ellos le pareció que para completar el cuadro de aquel juego tridimensional necesitarían una segura víctima, un insecto palo completó "las gráficas" de superalta definición!!!...ahora solo era cosa, según ellos, de ponerlos frente a frente y podrían ser testigos de como el peludo ser haría leña al insecto palo al mejor estilo de "street fighter" o mas bien: field fighter wild o algo así...

Y así lo hicieron, o por lo menos lo intentaron: llevaron al arañon frente a la escuálida presencia del emulo de una simple varita...nada ocurrió!!!..."quizá no le apretaste bien al play", "vuelve a cargar el juego", "reseteale allí", en fin, que se yo???... fueron frases que, aunque no escuche, seguro estuvieron a punto de pronunciar...ese inútil sistema operativo obsoleto les volvió a fallar...

...sin ser en absoluto un conocedor, me gustan los videojuegos, algunos hicieron época en mi y los recuerdo...desarrollan, creo yo, una coordinación motriz y una actitud favorable ante la resolución de problemas...mi queja es el "gamer fundamentalista", pensar que el mundo es un videojuego, y que este se comporta, o debiera hacerlo, de una forma similar a la ultima versión del juego de moda...los humanos creamos esos paradigmas mentales y los transportamos a todo lo que hacemos..

Los animales no humanos son los mas refinados maestros en el arte de vivir...y por extensión también en el de morir, ellos saben cuando es preciso e ineludible atacar para la vida, o la muerte, y reservan ese momento para cuando la inteligencia instintiva les indique... es tanto lo que deberíamos aprender de ellos y de esa inteligencia natural que llamamos instinto, misma que hemos pretendido amordazar con las correas de un razonamiento no siempre acorde con las leyes biológicas y naturales, y esto quizá sea el principio del desequilibrio ecológico y ambiental, en el que estamos inmersos...






 Columna publicada en el semanario "Síntesis" Mérida, Yucatán, México, y en el periodico: sentido.com  el miércoles 25 de julio. 2012.

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