jueves, 6 de septiembre de 2012

Buenos días señorita...


   

   Allí estaba ella, cargando un pequeño bolso negro al brazo... su pelo era de un profundo oscuro y lacio, atado con un cordel simple, su piel blanca aterciopelada enrojecida en nariz, pómulos y orejas por el gélido matinal...sus ojos sonreían lo suficiente como para conferirle a su rostro adusto un aire bucólico y sutil, vestía una falda oscura a cuadros, seguramente escolar, y un jersey igualmente oscuro del cual sobresalía, a la altura del pecho, una ligera  blusa blanca con pequeños encajes, era casi enfermizamente delgada y con su actitud evasiva parecía ser habitante de mundos etéreos muy ajenos a aquella ciudad, a aquella esquina, y a aquella parada de autobús...

  Él le miro llegar sentado desde la fría banca de hierro forjado, por un instante insignificante sus ojos cruzaron miradas, siempre fue inoportunamente tímido, no pudo siquiera sonreírle, de todas formas cuando lo pensó, ella ya estaba absorta en sus mundos etéreos, más infinitamente lejana de él, que los pocos metros que físicamente los separaban...y sin embargo, a él, una fuerza venida de quien sabe donde, le hizo sentir que ese era el momento, que ese momento era su mañana!!!: -debía hablarle!!! algo debía decirle, un -hola-, -bonita mañana-...-¿como te llamas?- todo le sonó a cartón corrugado...¿y si por el frío su voz se quebraba?  ¿y si ella en realidad esperaba a alguien? no lo creo, se respondió a si mismo, no otea con la inquietud propia de quien espera en medio de una fría mañana... su mente seguía buscando frases que, una por una, eran desechadas antes de llegar a sus labios ...mientras, la inminencia del deber hablarle se hizo insoportable, pronto supo para si, que no importaba mucho lo que dijese, esa mañana por fin le hablaría a una chica que le gustaba, su timidez la tiraría en el desagüe cercano... en ese momento el probable rechazo paso a segundo termino, escogió la frase con el debido tiento, fue la primera en la que pensó, la deletreo con cuidado entre sus labios, con una voz imperceptible, casi como un rezo...se levanto de la banca, dio un paso hacia ella...se detuvo! maldita timidez... fingió un estúpido olvido y volvió a sentarse, esta vez recriminándose la cobarde actitud, pasaron pocos segundos, volvió a ser acopio de valor, miro al suelo como buscando un firme punto de apoyo para impulsar los primeros pasos de su segundo intento, en el momento en que levantaba la cabeza y la mirada y comenzaba a abandonar el asiento, dirigiéndose hacia la chica, esta sin percatarse de los intentos del chico, dio dos pasos firmes hacia la acera de circulación vehicular...el ruido fue sordo y seco, no hubo queja alguna, ni chirriar de llantas intentando frenar, el blanco rostro, ahora mas pálido, ya hacia de boca al cielo, con los ojos semiabiertos y un delgado hilillo de sangre corriendo de su oído derecho, su bolso y zapatillas quedaron desperdigadas, el chico tímido se acerco, tomo una con su mano temblorosa y se alejo acariciando el fetiche y repitiendo en voz baja la frase escogida: "buenos días señorita" "buenos días señorita..."