En realidad ser pedigueño o pedigueña en Mérida no es asunto extraño, no es un mal "negocio"! la gente por lo común es noble y generalmente se conduele de sus semejantes, ademas Mérida es visitada todos los días por turistas y gente de negocios, gente de paso y habituales parroquianos de "buen corazón"...caminar, y pedir una "ayuda" apelando a la sensibilidad humana, mostrando un aparente limitación grotesca, también es un modus vivendi, incluso para gente que no necesariamente tiene limitadas otras facultades físicas o intelectuales...El modus operandi de nuestro personaje no es complejo: todo comienza por recorrer a pie las calles céntricas de la capital yucateca...CONTINUARA
...A a las 10:00 Am comienza su recorrido, se le puede encontrar desde el parque de Santa Ana, hasta las postrimerías de San Cristobal, aunque por supuesto la región turística del centro histórico es su favorita, los conglomerados de gente propios de la plaza mayor, el descenso momentáneo de turistas de paso de lujosos autobuses, y casi cualquier reunión o evento artístico, político o de cualquier otra índole representan oportunidades...tampoco se puede obviar la opción de detenerse en el "pasaje Emilio Seijo" el esfuerzo allí se dosifica, es mínimo, el constante fluir de gente y la posibilidad de una amable sombra en los severos días tórridos no es desdeñable!...
La palabra discriminación cobra otro significado, otro sentido, casi se diluye o se confunde cuando se trata de este caso, o de cualquier otro caso parecido; a diario por las calles de Mérida circulan decenas de personas que comercian con la sensibilidad humana, y no es que perdamos de vista que haya mucha gente que quizá no le quede otro recurso como medio de subsistencia en medio de la situación precaria de un país que no da opciones a amplios sectores de la población en general, mucho menos a minorías vulnerables realmente olvidadas, por ejemplo ancianos que son literalmente botados a la vía publica sin otra opción que "pedir caridad".sucede que, en casos como este, nos enfrentamos en realidad a comportamientos propios de nuestra individual idiosincracia como mexicanos, también nos enfrentamos a actitudes retrogradas intrínsecas de la propia condición humana; el negocio no es malo, sabemos bien del desempleo, la explotación laboral en ocasiones extrema, la multicitáda en este espacio falta de opciones generales en medio de una economía reprimida...mi madre siempre les ofrece un trabajo justo a estas personas, y con respeto y deferencia les brinda la opción de prestar un servicio domestico, la respuesta es la misma que nuestro personaje le dio a la incipiente medica rural, "no"...el negocio esta en la calle...!!!
No han dado aun la una de la tarde, nuestro personaje toma el "taxi" rumbo a su comunidad, allí vive en una casa que el gobierno le construyo, subsiste con las dádivas gubernamentales y su lucrativo negocio, no hay porque esforzarse mas, ni estudiar,ni capacitarse, ella tiene su propia habilidad y destreza para subsistir en un medio a modo, donde su "talento", por supuesto, obtiene retribuciones...
Texto publicado en el mes de enero del 2012 en el semanario "SINTESIS" Mérida Yucatan, México.
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